Para preparar la bechamel:
Tiempo de Preparación: 20 minutos (+20 de horneado)
Dificultad: Media
Valor Nutricional: Alto
Coste: Bajo (13,60€) para 2 o 3 personas
Ingredientes:
2 Sobres de Slim Pasta Lasagne (5,90€)
1 lata de tomate natural triturado (0,80€)
200 ml de nata para cocinar (0,90€)
250 gramos de pollo (1,50€) o de ternera picada (2€)
250 gramos de jamón cocido (2,50€)
250 gramos de queso de barra (2€)
Queso rallado
Un poco de Aceite de Coco
Preparación:
Antes de nada ponemos el horno a calentarse a 220º C. Para esta Lasaña en lugar de bechamel he utilizado una salsa con tomate frito natural y nata, pero podría igualmente haber preparado una bechamel sin carbohidratos siguiendo la receta del libro Cocinar sin Carbohidratos. Para empezar, salteamos el pollo salpimentado y cortado en pequeños trozos en una sartén con un poco de aceite de coco y apartamos. En esa misma sartén añadimos un poco más de aceite de coco y freímos media lata de tomate natural triturado. Reducirá bastante porque la mayor parte de la lata es agua. En cualquier caso, lo que queremos es tener un poco de tomate frito para manchar la nata que añadiremos a continuación. Cuando tengamos la nata de color rosáceo y con olor a tomate, apartamos del fuego.
En un escurridor enjuagamos muy bien las láminas de lasaña Slim Pasta y las secamos con unas servilletas absorbentes. En una bandeja de cristal ponemos un par de cucharadas de la salsa de nata y tomate (sin pollo) y esparcimos por el fondo. A continuación ponemos la primera capa de hojas de lasaña. Son bastante estrechas -también sirven para hacer canelones- así que en la fuente de la foto yo he usado 4 planchas en cada capa y más o menos se puede ver donde está el corte mirando a la izquierda.
Sobre la primera capa de pasta sin carbohidratos colocamos una loncha de jamón cocido y otra de queso, hasta cubrir por completo las láminas. Yo he usado queso cheddar y por eso en la foto de arriba se ve tan amarillo. No, no eran mis quesos inmortales ni radiactivos… Inmediatamente encima del queso ponemos unas cucharadas del pollo con un poco de salsa y cubrimos con otra capa de pasta. Repetimos la operación hasta acabar con todo el relleno y las láminas de pasta. Una vez que tenemos toda la lasaña montada usamos el excedente de salsa para cubrir y añadimos encima un poco de queso para gratinar.
Horneamos unos 20 minutos, hasta que la superficie esté dorada y voilà! Como veréis, basta con sustituir la pasta tradicional con pasta sin carbohidratos y echarle un poco de creatividad al tema para tener un plato apetecible y perfectamente compatible con nuestra dieta baja en carbohidratos.